El ambicioso proyecto del ferrocarril interoceánico que unirá el Pacífico con el Atlántico ya tiene el diseño de una planta eléctrica de 250 megavatios que moverá los vagones.

En las próximas semanas se firmará el convenio para iniciar el estudio de viabilidad, informó Carlos Ávila, ingeniero y rector de la Universidad Privada José Cecilio del Valle.

“En la zona sur ya hemos incorporado en las últimas semanas el planteamiento de una planta generadora de energía eléctrica, utilizando la fuerza mareomotriz, provista por la entrada y salida de agua en el Golfo de Fonseca, predominantemente en una bahía denominada Sismuyo, que tiene capacidad de generar 250 megavatios”, reveló.

La cifra estimada para este proyecto, sin incluir las ciudades modelo, es 20 mil millones de dólares. Este ferrocarril se moverá con energía eléctrica, volviéndose un complemento idóneo la producción de este tipo de energía, aprovechando los recursos naturales del lugar.

El también impulsor del proyecto confirmó que en las próximas semanas se prevé que la empresa China Harbour Engineering Company (Chec) firme un convenio con el Gobierno de Honduras para dar el siguiente paso de este proyecto, es decir el estudio de factibilidad.

“Las conversaciones mantenidas con la empresa Chec dejan ver que ellos tienen un interés muy definido que se plasmará en un par de semanas en la firma de un convenio, es decir, un memorando de entendimiento entre la empresa privada de China y el Gobierno de Honduras”, explicó.

En ese convenio se establecerán las fechas para elaborar el estudio de viabilidad del proyecto que será ejecutado por la empresa oriental y, según los cálculos del experto, después de concretar el convenio se estima que el estudio comenzaría dentro de dos meses, calculando de año y medio a dos años para culminar totalmente este análisis.

Esta fase del proyecto (estudio de viabilidad) comprende varios aspectos económicos y ambientales, como el análisis del suelo submarino en el Golfo, la estructura del trazo por donde pasará el ferrocarril, el número de puentes que se deberán construir y el impacto ambiental. Además se constatará si este proyecto no afectará irreversiblemente el ambiente, entre otros aspectos.



Beneficios

Con esta iniciativa se espera el mejoramiento de la economía nacional, ya que al haber una circulación monetaria grande se generarían fuentes de empleo, nuevas tecnologías e inversión en diversos rubros, entre otros beneficios.

Se estima que la obra generará alrededor de 300 mil empleos directos durante la construcción de este ferrocarril y después de su culminación y con el florecimiento de las ciudades modelo se necesitarían más de un millón de personas para empleos permanentes.

La mayoría de la mano de obra sería hondureña, pero la dirección estaría a cargo de técnicos de la empresa Chec.
El diseño de la iniciativa

La idea fue propuesta por Tito Livio Sierra, asesor legal de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), quien desde hace años visualizó la construcción de un ferrocarril y actualizó este proyecto, con el que se desea aprovechar las ventajas comparativas de Honduras al contar con las costas del Pacífico y del Atlántico.

El plan abarca la construcción de dos megapuertos para transferir mercaderías, uno en el puerto de Amapala y el segundo en Puerto Castilla.

Esta iniciativa incluye la mejora de uno de los puertos más importantes de Centroamérica, Puerto Cortés, para conquistar el arribo de grandes barcos de última generación.

Estos megapuertos se conectarían con un ferrocarril interoceánico, que partirá desde el puerto de la Isla del Tigre con 10 líneas férreas para movilizarse hasta uno de los centros de acopio que se construirían en Jícaro Galán, Valle. En este centro de reserva habría una vía de comunicación para conectarse con el Puerto de Corinto en Nicaragua y otra al Puerto de La Unión, en El Salvador, con el objetivo de atender barcos de menor capacidad.

De ese mismo centro de acopio, el ferrocarril tendría una ruta a Puerto Castilla que continuaría hasta Puerto Cortés.